Versículo del Día - Salmo 116:7

Yo amo al Señor
    porque él escucha mi voz suplicante.
Por cuanto él inclina a mí su oído,
    lo invocaré toda mi vida.

Los lazos de la muerte me enredaron;
    me sorprendió la angustia del sepulcro,
    y caí en la ansiedad y la aflicción.
Entonces clamé al Señor:
    «¡Te ruego, Señor, que me salves la vida!»

El Señor es compasivo y justo;
    nuestro Dios es todo ternura.
El Señor protege a la gente sencilla;
    estaba yo muy débil, y él me salvó.

¡Ya puedes, alma mía, estar tranquila,
    que el Señor ha sido bueno contigo!

Tú me has librado de la muerte,
    has enjugado mis lágrimas,
    no me has dejado tropezar.
Por eso andaré siempre delante del
    en esta tierra de los vivientes.

Aunque digo: «Me encuentro muy afligido»,
    sigo creyendo en Dios.
En mi desesperación he exclamado:
    «Todos son unos mentirosos.»

¿Cómo puedo pagarle al
    por tanta bondad que me ha mostrado?

¡Tan sólo brindando con la copa de salvación
    e invocando el nombre del Señor!
¡Tan sólo cumpliendo mis promesas al
    en presencia de todo su pueblo!

Mucho valor tiene a los ojos del
    la muerte de sus fieles.
Yo, Señor, soy tu siervo;
    soy siervo tuyo, tu hijo fiel;
    ¡tú has roto mis cadenas!

Te ofreceré un sacrificio de gratitud
    e invocaré, Señor, tu nombre.
Cumpliré mis votos al
    en presencia de todo su pueblo,
en los atrios de la casa del Señor,
    en medio de ti, oh Jerusalén.

¡Aleluya! ¡Alabado sea el Señor!

Salmo 116 (NVI)


La Santa Biblia, Nueva Versión Internacional® NVI®
Derechos de Autor © 1999 por Biblica, Inc.®
Escritura citada con permiso. Todos los derechos reservados en todo el mundo.
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