Porque así dice el Señor,
el que creó los cielos;
el Dios que formó la tierra,
que la hizo y la estableció;
que no la creó para dejarla vacía,
sino que la formó para ser habitada:
«Yo soy el Señor,
y no hay ningún otro.
Desde ningún lugar de esta tierra tenebrosa
les he hablado en secreto.
Ni he dicho a los descendientes de Jacob:
“Búsquenme en el vacío.”
Yo, el Señor, digo lo que es justo,
y declaro lo que es recto.
»Reúnanse, fugitivos de las naciones;
congréguense y vengan.
Ignorantes son los que cargan ídolos de madera
y oran a dioses que no pueden salvar.
Declaren y presenten sus pruebas,
deliberen juntos.
¿Quién predijo esto hace tiempo,
quién lo declaró desde tiempos antiguos?
¿Acaso no lo hice yo, el Señor?
Fuera de mí no hay otro Dios;
Dios justo y Salvador,
no hay ningún otro fuera de mí.
»Vuelvan a mí y sean salvos,
todos los confines de la tierra,
porque yo soy Dios, y no hay ningún otro.
He jurado por mí mismo,
con integridad he pronunciado
una palabra irrevocable:
Ante mí se doblará toda rodilla,
y por mí jurará toda lengua.
Ellos dirán de mí: “Sólo en el
están la justicia y el poder.” »
Todos los que contra él se enfurecieron
ante él comparecerán
y quedarán avergonzados.
Pero toda la descendencia de Israel
será vindicada y exaltada en el Señor.
Isaías 45:21 (NVI)
Derechos de Autor © 1999 por Biblica, Inc.®
Escritura citada con permiso. Todos los derechos reservados en todo el mundo.