Una unión permanente
Description
“Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo. Maridos, amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha. Así también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos. El que ama a su mujer, a sí mismo se ama. Porque nadie aborreció jamás a su propia carne, sino que la sustenta y la cuida, como también Cristo a la iglesia, porque somos miembros de su cuerpo, de su carne y de sus huesos. Por esto dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y los dos serán una sola carne. Grande es este misterio; mas yo digo esto respecto de Cristo y de la iglesia”, Efesios 6:24-32
¡Hasta que la muerte los separe!
Estas palabras son la mejor definición del compromiso y la unión que debe existir en el matrimonio. Génesis 2:24 y Efesios 5:31 lo expresan al unísono diciendo: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne”, creando una unidad y continuidad de pensamiento en ambos testamentos.
Estos versículos no solo remarcan dos veces la unidad, sino que expresan el grado y profundidad de la unión diciendo: "una sola carne". Esto, porque la pareja pasa de una relación plural a una singular.
Es solo mediante la unidad del matrimonio que como faro podemos expresar la relación y la unión tan íntima y maravillosa que existe entre Cristo y Su iglesia. Nuestro mundo necesita con urgencia que este faro, la unión matrimonial, se mantenga y alumbre en lugares oscuros.
Amadas, en tiempos donde reina el divorcio y las relaciones libres, es preciso que como Maestras del Bien instruyamos a las más jóvenes sobre la necesidad y el valor del matrimonio para la familia, la iglesia y la sociedad.
Oración: Señor, ayúdanos a rescatar y devolverle el valor y la santidad al matrimonio. Gracias por aquellas que, a pesar de las aguas tempestuosas, aun permanecen unidas a su esposo. Ayúdalas. En el nombre de Jesús, Amén.