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Un tiempo para alegrarse

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El Domingo de Ramos fue un anticipo de la alegría que habrá cuando Jesús regrese para llevarnos al reino de Dios.

Conforme Jesús avanzaba, la multitud tendía sus mantos por el camino. Cuando se acercó a la bajada del monte de los Olivos, todo el conjunto de sus discípulos comenzó a gritar de alegría y a alabar a Dios por todas las maravillas que habían visto; y decían: “¡Bendito el rey que viene en el nombre del Señor! ¡Paz en el cielo, y gloria en las alturas!” Algunos de los fariseos que iban entre la multitud le dijeron: “Maestro, ¡reprende a tus discípulos!” Pero Jesús les dijo: “Si éstos callaran, las piedras clamarían.” – Lucas 19:36-40

A veces, el Domingo de Ramos me recuerda a una montaña rusa. Así me lo imagino: Jesús está en la cima, contemplando una vista increíble, pero de repente todo cambia y, como si estuviera en una montaña rusa, baja bruscamente a una situación de dolor y sufrimiento.

Jesús sabía perfectamente lo que se avecinaba: la purificación del templo, la Última Cena, la traición, Getsemaní, arresto, juicio, tortura y muerte. Pero por un corto tiempo estuvo viendo un pequeño adelanto de cómo será el fin del mundo, cuando la humanidad sea liberada y celebre: “Después de esto vi aparecer una gran multitud compuesta de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas. Era imposible saber su número. Estaban de pie ante el trono, en presencia del Cordero, y vestían ropas blancas; en sus manos llevaban ramas de palma, y a grandes voces gritaban: ‘La salvación proviene de nuestro Dios, que está sentado en el trono, y del Cordero’” (Apocalipsis 7:9-10).

A eso vino: a convertir a esclavos del pecado, miserables y temblorosos, en el pueblo libre y alegre de Dios. Y el Domingo de Ramos fue un anticipo de esa alegría en el último día cuando Jesús regrese para llevarnos al reino de Dios. No es de extrañar que él dijera: “Si éstos callaran, las piedras clamarían.” El Domingo de Ramos es un momento de alegría porque nuestro Salvador ha venido y nos está liberando.

ORACIÓN: Querido Padre, gracias por darnos un anticipo de esta alegría. Amén.

Para reflexionar:

- Nombra una de las celebraciones más felices que puedas recordar.

- ¿Qué es lo que más esperas del regreso de Jesús?

Por: Dra. Kari Vo

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