Un mundo de excusas

“Y Noemí dijo: He aquí tu cuñada se ha vuelto a su pueblo y a sus dioses; vuélvete tú tras ella”, Rut 1:15

Hay quienes tienen todas las excusas del mundo.

Cuando Rut enviudó tenía las mejores excusas para volver a su vieja vida. Pero no siempre lo que aparenta lógico y seguro es lo mejor para nosotras.

Parecería lógico que Rut volviera a su parentela y al mundo de donde salió, pues allí estaba todo lo conocido por ella. Vivir con su suegra, mudarse a una tierra con valores y costumbres diferentes y aventurarse a lo desconocido, tiene una dosis de locura y requería agallas.

Pero Rut no se escudó en las múltiples excusas que tenía a su disposición. Más bien fue fiel y sincera a sus convicciones y procedió con firme lealtad.

Amada, no vuelvas a Moab -al mundo-, pues Belén -la presencia de Dios- es casa de pan. Ármate de valor y procede con firmeza y lealtad. Al igual que Rut, Dios hará saber a toda la gente de tu pueblo que ahora eres una mujer virtuosa (Rut 3:11) y Maestra del Bien.

Oración: Señor, hoy determino dejar mis excusas. Perdóname por escudarme en ellas. Dirige tú mis pasos. En el nombre de Jesús, Amén.

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