Un aspecto del amor salvador de Jesús para mí es que no me desprecia por ser débil. A él no le gustan mis pecados y me hace responsable, pero no me desprecia. Una de las razones es que él también tuvo que luchar con el diablo y sabe lo difícil que es elegir lo que es correcto y hacerlo.
“No tenemos un sumo sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo según nuestra semejanza, pero sin pecado” (Hebreos 4:15). Piense en esto: Jesús lo amó a usted lo suficiente para sujetarse a los tentadores señuelos y burlas de Satanás; piense en esto: él nunca se rindió, su perfecto historial en contra de la tentación hizo que él fuera un sacrificio perfecto en la cruz.
Las terribles experiencias de la lucha con Satanás lo llevan a ser compasivo con nosotros. “Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados” (Hebreos 2:18).
¿En qué aspecto es usted débil en este momento? ¿Con cuál tentación satánica necesita que Jesús le ayude en este día?
