Soledad y servicio

…les recibió, y les hablaba del reino de Dios, y sanaba a los que necesitaban ser curados…”, Lucas 9:11

El comediante Fred Allen dijo una vez: “Una celebridad es una persona que se esfuerza toda su vida para ser conocida y, luego, usa anteojos oscuros para evitar que la reconozcan”. La fama trae la pérdida de la privacidad, junto con un implacable frenesí de atención.

Cuando Jesús empezó su ministerio, fue catapultado a la mirada pública y la gente se agolpaba a su alrededor en busca de ayuda. Pero Él sabía que el tiempo a solas con Dios era esencial para mantener su fuerza y perspectiva.

Cuando los discípulos de Jesús regresaron de su exitosa misión de “predicar el reino de Dios, y […] sanar a los enfermos”, los llevó a un lugar tranquilo a descansar (Lucas 9:2, 10). Sin embargo, al poco tiempo, multitudes los encontraron y Jesús “les recibió, y les hablaba del reino de Dios, y sanaba a los que necesitaban ser curados” (v. 11). En lugar de despedirlos, ¡el Señor organizó un picnic al aire libre para cinco mil personas! (versículos. 12-17).

Jesús no era inmune a la presión de los curiosos y los angustiados, pero mantuvo el equilibrio entre el servicio público y la soledad privada al tomar tiempo para descansar y orar a solas a Su Padre (Lucas 5:16).

Que podamos seguir el ejemplo de nuestro Señor al servir a los demás en Su nombre.

Señor, que podamos imitarte y encontrar el equilibrio entre el descanso y el servicio.

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