;

¡Resiste!

Description

Dios está contigo, así que es el enemigo el que tiene que rendirse y abandonar, ¡no tú! 

En los próximos días vamos a ver juntos que Dios es Fuerte, Poderoso y que Su deseo es alentarte y sostenerte. ¿Estás preparado? ¡Comencemos! 

En el Antiguo Testamento podemos leer la historia del pueblo de Dios y de su periplo desde la salida de Egipto hasta su entrada en la Tierra Prometida. Todo esto no se hizo sin luchas, claro, pero Dios estaba con ellos.

Hoy me gustaría hablarte de un episodio particular de esta historia. Un día en el que los enemigos de Israel vinieron contra ellos para atacarles, Moisés recibió de parte de Dios una estrategia especial. Moisés debía subir a la montaña para orar, y su siervo Josué debía ir a combatir en el valle.

Leemos esto en la Biblia: “Y sucedía que cuando alzaba Moisés su mano, Israel prevalecía; mas cuando él bajaba su mano, prevalecía Amalec” (Éxodo 17:11).

Gracias a Dios, Moisés no estaba solo. Aarón y Hur sostenían sus manos. Es lo que leemos en el versículo siguiente: “Y las manos de Moisés se cansaban; por lo que tomaron una piedra, y la pusieron debajo de él, y se sentó sobre ella; y Aarón y Hur sostenían sus manos, el uno de un lado y el otro de otro; así hubo en sus manos firmeza hasta que se puso el sol” (Éxodo 17:12).

En ocasiones necesitamos de alguien que nos sostenga y nos ayude a mantener nuestros brazos levantados a través de una sonrisa, o una palabra de aliento. Esto es lo que deseo a través de Un Milagro Cada Día.

Quiero ayudarte a mantenerte firme, y es por ello que hoy quiero animarte y decirte: ¡no bajes los brazos! Dios no ha dicho aún Su última palabra. La victoria es tuya, la tierra prometida está frente ti. ¡Resiste! ¡Es el enemigo el que tiene que rendirse y abandonar, no tú! 

Y de la misma manera que Josué consiguió la victoria en el campo de batalla, el Señor Jesús se ha alzado ya con la victoria definitiva cuando fue a la cruz, y murió y resucitó por ti. ¡En Él, somos más que vencedores!

Te invito a orar ahora conmigo, querido(a) amigo(a): “Señor, te agradezco por tu Palabra que me alienta y que fortalece mi alma. Te pido que me ayudes a aguantar firme, a combatir, a creer en Ti más y más. Confieso que la victoria es mía porque Tú me la has dado, porque has vencido por mí. ¡Gracias por todo lo que haces, por tus bienes y misericordias para conmigo! En el Nombre de Jesús. ¡Amén!”

Gracias por existir,
Éric Célérier

Related
Jesús amó a Lázaro aunque lo dejó morir
Itiel Arroyo
El problema con el microondas
Wendy Bello
Emociones
Primeros15
¡No prestes oído a tus dudas!
Un Milagro Cada Día
La fe es tu tesoro más preciado
Un Milagro Cada Día
Follow Us

Want to access more exclusive iDisciple content?

Upgrade to a Giving Membership today!

Already a member? Login to iDisciple