“Por lo tanto, ya que estamos rodeados por una enorme multitud de testigos de la vida de fe, quitémonos todo peso que nos impida correr, especialmente el pecado que tan fácilmente nos hace tropezar. Y corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante. 2 Esto lo hacemos al fijar la mirada en Jesús, el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe. Debido al gozo que le esperaba, Jesús soportó la cruz, sin importarle la vergüenza que esta representaba. Ahora está sentado en el lugar de honor, junto al trono de Dios.3 Piensen en toda la hostilidad que soportó por parte de pecadores, así no se cansarán ni se darán por vencidos.” – Hebreos 12: 1 – 3 NTV
“¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? 32 El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas? 33 ¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica. 34 ¿Quién condenará? Cristo Jesús es el que murió, e incluso resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros. 35 ¿Quién nos apartará del amor de Cristo? ¿La tribulación, o la angustia, la persecución, el hambre, la indigencia, el peligro, o la violencia? 36 Así está escrito: «Por tu causa siempre nos llevan a la muerte; ¡nos tratan como a ovejas para el matadero!» Sin embargo, en todo esto somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38 Pues estoy convencido de que ni la muerte ni la vida, ni los ángeles ni los demonios, ni lo presente ni lo por venir, ni los poderes, 39 ni lo alto ni lo profundo, ni cosa alguna en toda la creación podrá apartarnos del amor que Dios nos ha manifestado en Cristo Jesús nuestro Señor.” – Romanos 8: 31 – 39 NVI
Después de escuchar el devocional, medita en los siguientes puntos:
Esta mañana me levanté pensando...
…en que lo más importante de una carrera no es comenzar. Un sabio algún día me enseñó que el día menos importante es el primero. El último día siempre será más significativo porque lo más valioso en una carrera es mantenerse, permanecer, resistir y aguantar para poder llegar hasta la meta.
1. En cualquier carrera siempre aparece en el camino algo o alguien que tiene como propósito robarnos el ánimo, la fuerza y el enfoque que traemos. Es por eso por lo que debemos colocar nuestra mirada en Jesús; cuando lo hacemos difícilmente nos damos por vencidos, no desmayamos, y tampoco perdemos nuestro ánimo de manera fácil.
2. Para no decaer en la carrera, solo necesitamos una palabra de Dios que nos permita recobrar el ánimo y volver a enfocarnos.
3. Fijar nuestra atención en Jesús nos permite estar confiados y confesar en medio de la carrera que: “si Dios está de nuestra parte, nadie podrá contra nosotros”. Declararlo y creerlo en nuestro corazón nos permite resistir ante cualquier adversidad en medio del camino.
4. Dios padre entregó a su único hijo para que nosotros nos enfocáramos en él. Si Dios pudo entregar lo que más amaba, entonces no hay nada que no podamos esperar y pedir en oración que él no pueda darnos.
5. Tener nuestros ojos puestos en Jesús nos llevará a conocerlo y amarlo. Establecer una relación con él en medio de la carrera nos permitirá saber en quién hemos creído y no dejará que nada nos aparte de su lado.