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Redención por sangre

Description

La sangre de Jesús que nos limpió del pecado también tiene el poder para transformar nuestras vidas y matrimonios.

"…sabiendo que no fuisteis redimidos de vuestra vana manera de vivir heredada de vuestros padres con cosas perecederas como oro o plata, sino con sangre preciosa, como de un cordero sin tacha y sin mancha, la sangre de Cristo”, 1 Pedro 1:18-19

“Las diferencias en los roles que vemos en la Biblia no se produjeron como consecuencia de la caída del hombre y la mujer en el pecado. De hecho, el fundamento de esta diferenciación se basa en la forma en que las cosas eran en el Edén antes de que el pecado distorsionara las relaciones.  Las diferencias en los roles no fueron producto de la caída, sino que fueron corrompidos luego de ésta. Los diferentes roles fueron creados por Dios” —John Piper

La armonía que Dios creó para que fuera experimentada por el hombre y la mujer se quebrantó en el jardín del Edén debido a la caída de la humanidad.  ¡Fue allí cuando empezó la lucha entre los sexos! La primera pareja se distanció, comenzaron a culparse el uno al otro y a esconderse debido a su vergüenza. Los roles que Dios había diseñado para cada uno fueron distorsionados. Y desde la caída, tanto los hombres como las mujeres se han visto tentados a reaccionar de maneras que distorsionan la belleza y el diseño del orden de la creación de Dios.

El ideal bíblico para el hombre es mostrar un liderazgo humilde y amoroso. Pero la tentación del hombre es reaccionar en uno de dos extremos: la pasividad o la agresión.  El hombre puede convertirse en un pelele en extremo o en un tirano dominante.

El ideal bíblico para la mujer es una sumisión gozosa e inteligente. Pero a causa de las distorsiones producidas por la caída, ella también puede reaccionar en los mismos extremos de pasividad o de agresión. Esto puede dar como resultado que viva como un limpia-pies o usurpando el rol de cabeza que le pertenece al hombre.

Estas distorsiones y extremos imposibilitan que un hombre y una mujer puedan disfrutar del tipo de relaciones que Dios tenía en mente que disfrutaran dentro del matrimonio. Gracias a la misericordia de Jesús, hemos sido redimidas de esta vana manera de vivir. Debido a Su obra redentora en la cruz, ahora podemos experimentar verdadera unidad y comunión íntima y llenar Sus propósitos para nosotras como mujeres. No se nos ha dejado cautivas a nuestros deseos caídos.

Jesús es el Cordero de Dios que fue inmolado para liberarnos del desastre que habíamos creado, para revertir los efectos de la caída. Cuando recibimos por fe lo que Él ha hecho, nos convertimos en ejemplos vivos de Su gracia y llenamos la tierra de Su gloria.

Tómate tiempo para reflexionar  

  • La Primera carta de Pedro nos ofrece una preciosa descripción del pago de Jesús a nuestro favor.
  • Él nos liberó de la cautividad producida por las distorsiones de los roles luego de la caída.
  • ¿Sabes que verdaderamente has sido liberada debido a Su sangre que fue derramada por  ti?
  • Tómate un poco de tiempo para escribir una descripción de la forma en cómo esto ocurrió en tu vida, luego pasa unos momentos dándole gracias por Su obra en la cruz a tu favor.
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