¿Quieres tirar la toalla?
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Llegamos al final de esta serie acerca de la fe. ¡Oro para que haya sido de gran bendición para tu vida, y que te sientas cada vez más fortalecido! En este último mensaje, vamos a hablar acerca de la importancia de resistir y de apoyarnos en la Palabra de Dios.
En ocasiones pasamos por situaciones que pueden llegar a parecernos imposibles. No sé si es tu caso, pero para numerosos lectores de “Un Milagro Cada Día”, frente a las dificultades, el temor suele emerger, a menudo acompañado de una gran dificultad para confiar en Dios.
Aquí tienes lo que algunos de nuestros lectores han compartido con nosotros:
- “Confiar a Dios el mando de mi vida y dejar de inquietarme ante mis dificultades es algo casi imposible”
- “Es muy difícil estar en paz y tener confianza en este momento de mi vida en el que no encuentro trabajo, y en el que además sigo soltero”
En estos casos, ¿qué puedes hacer? Puede que te entren ganas de salir huyendo, o de simplemente parar y esperar. Pero hay una buena noticia, querido(a) amigo(a), y es que Jesús prometió no abandonarnos nunca. Él está siempre con nosotros, en todo tiempo, en cada situación.
Y Jesús, que es la Palabra encarnada, puede aconsejarte y apoyarte. Al leer la Biblia, te impregnarás de versículos que afianzarán tu fe. ¡Sí, querido(a) amigo(a), decide apartar tus ojos de las dudas y del temor, y ponerlos en Su Palabra, para que así tu miedo y agotamiento sean reemplazados por la fe que necesitas!
Para atravesar las tempestades y los desiertos de la vida, necesitas una fe a toda prueba. Y esa fe se nutre escuchando la Palabra de Dios, como lo dice la Biblia: “Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios” (Romanos 10:17).
Sí, querido(a) amigo(a), la fe y el conocimiento de la Palabra de Dios son completamente inseparables. Te invito a leer y releer la Biblia. Integra esto en tu rutina cotidiana. ¡Leer la Palabra de Dios y orar son tan necesarios como dormir o respirar! Ruego a Dios que fortalezca tu fe y tu corazón cada día.
Gracias por existir,
Éric Célérier