“El Señor es mi luz y mi salvación; ¿a quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿de quién tendré temor?” – Salmos 27:1
Por lo general nuestras ansiedades y preocupaciones no están relacionadas con la falta de las cosas, sino, más bien, con la pérdida de las cosas. Una de las herramientas favoritas de Satanás es la pregunta "¿Qué tal si…?"
Muchos cristianos quedan atrapados en el miedo: el "qué pasaría si…" de una enfermedad prolongada, la jubilación, invalidez, desempleo o colapso económico. Dios quiere que, dentro de lo razonable, consideramos estas cosas e incluso nos planifiquemos para ello, pero un cristiano debe rechazar conscientemente la actitud del miedo.
El miedo es la antítesis de la confianza; por lo tanto, si vivimos en el miedo al futuro, sufrimos del problema de no poner nuestra confianza en Dios. Eso no quiere decir que no hemos de planificar para el futuro, pero si vivimos en el miedo, significa que hemos asumido una responsabilidad que le pertenece a Dios.
Si otras personas nos ven viviendo vidas llenas de miedo, perdemos nuestro testimonio. No te quedes atrapado por el miedo. Padre, ayúdame a recordar que Tú eres mi luz y mi salvación - mi liberación.
Lectura Bíblica Diaria
Levítico 5:14 - 7:38
