Prueba a Dios a través del dar

“Traigan íntegro el diezmo para los fondos del templo, y así habrá alimento en mi casa. Pruébenme en esto —dice el Señor Todopoderoso—, y vean si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde”, Malaquías 3:10 (NVI). 

La Biblia dice que hay solo una forma en que tú puedes probar a Dios: dando, especialmente a través del diezmo. 

Malaquías 3:10 dice, Traigan íntegro el diezmo para los fondos del templo, y así habrá alimento en mi casa. Pruébenme en esto —dice el Señor Todopoderoso—, y vean si no abro las compuertas del cielo y derramo sobre ustedes bendición hasta que sobreabunde”. 

Nunca olvidaré la primera vez que dejé que Dios probara mi fe acerca de dar. Tenía 19 años, estaba en la universidad y allí debía $500 dólares que debía pagar al final del mes. Le debía $10 dólares a un amigo y lo único que tenía eran $50 dólares en el banco. Sabía que no podría pagar mis deudas, entonces pensé, “Dios dice que lo puedo poner a prueba. Lo haré”. 

Saqué los $50 dólares del banco y decidí enviarlos a una organización cristiana. No interesaba cuál fuera. Escogí la Sociedad Bíblica Americana la cual imprime Biblias y las dona. Además, incluí una pequeña nota que decía: “Quien abra esta carta, por favor ore por mí. Soy un pobre y hambriento estudiante universitario, tengo algunas deudas personales que necesito pagar. Estoy confiando en Dios que cuando yo lo pongo a Él primero en mi vida, Él suplirá todas mis necesidades. Por favor ore por mí”. Yo no sabía qué iba a suceder. 

Aproximadamente tres semanas después fui invitado a hablar a una iglesia para un evento juvenil de fin de semana. El domingo el pastor me dijo, “Levantamos una ofrenda para ti Rick”. Yo estaba allí realmente para ayudar y la pase muy bien. Nunca pensé que me pagaran. Esperé regresar a mi dormitorio para abrir el sobre. Había $561dólares. Pagué los $500 dólares a la universidad. Le di a mi amigo $10 dólares y los $51 que me quedaron los regresé a Dios como un diezmo. Seguía pobre, pero sin deudas. 

Desde entonces, he hecho esto cientos de veces. He hecho esto con millones de dólares. Por 31 años he estado jugando un juego con Dios en el que Él me dice, “Rick, dame a mí y yo te daré a ti, y veremos quién gana”. Y yo he perdido el juego cada vez. 

Tú dices que confías en Dios para tu salvación, que Él te ha perdonado, que eres libre y que tendrás un futuro en el Cielo, pero ¿confías en Él con tus finanzas? Si no es así, ¿cuál es la lógica de todo esto? 

Tienes que decidir: ¿confías en que Dios cumple sus promesas?

Reflexiona sobre esto: 

- ¿Cuáles son algunas maneras en las que podemos robarle a Dios?

- ¿Qué piensas que Dios quiere que aprendas acerca de Él a través del diezmo? ¿Qué quiere que aprendas acerca de ti mismo?

- ¿Por qué sabemos que podemos confiar en las promesas de Dios?


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Este devocional ©2016 por Rick Warren. Todos los derechos reservados. Usado con permiso.

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