Planeando una conquista

“Haré todo lo que me has dicho” – Rut 3:5

¿Podrías confiarle las decisiones de tu vida amorosa a otra persona? De seguro que no. La época no nos estimula a eso, somos libres de elegir de quién nos queremos enamorar y con quién nos queremos casar. Podemos justificar nuestra respuesta con miles de apelaciones y de hecho resultarían válidas.

Pero esta vez nos encontramos con algo extraño para nosotras, una viuda confiándole por completo su vida amorosa a otra viuda. Cabe resaltar que las experiencias de vida habían unido tanto a estas dos mujeres que concretamente se tenían la una a la otra. Al salir de Moab, Rut le había confiado todo su futuro a Noemí y por supuesto a Dios, quien estaba hilando toda esta historia, incluyendo también el hecho de que algún día pudiera volver a casarse.

Lo cierto es que Noemí, quien conoce las costumbres de su pueblo, sabe que hay un pariente que puede redimir el nombre de la familia de Elimelec, comprando la tierra del difunto y tomando por esposa a Rut. Así que ella pone manos a la obra.

Noemí puede ver más allá de lo que ve Rut y por eso le da instrucciones específicas:

“Báñate y perfúmate y ponte tu mejor ropa… cuando se valla a dormir, te fijas dónde se acuesta. Luego vas, le destapas los pies, y te acuestas allí. Verás que él mismo te dice lo que tienes que hacer” – Rut 3:3-4

Este cuadro es muy tierno. De nuevo vemos a Dios detrás de escena abriendo el entendimiento de Noemí para proveer un esposo a Rut. Aquella anciana le está indicando a su nuera cómo puede llamar la atención de un hombre. ¿Y a qué chica no le gustaría que le den tips para atraer al chico que le gusta?

La cuestión que se pone en juego en nuestros días es qué tipo de persona está aconsejando nuestra vida amorosa. De verdad me asombra la cantidad de artículos de revistas, blogs femeninos, conversaciones entre amigas de la escuela, vecinas, etc. que exponen todo tipo de consejos sobre cómo conquistar a un chico con el fin de excitarlo y obtener un momento de placer.

Nada de esto concuerda con Rut y Noemí. Ellas no se traían un plan astuto entre manos, es más, Rut no tiene pretensiones de seducir a Booz sino que se pone a sus pies en símbolo de humillación, al servicio de él, rogándole con su acción misericordia para su casa.    

¿A quién le estás confiando tus asuntos amorosos? Si lo haces con aquellas amigas que poco y nada tienen de temor a Dios, será poco probable que tengas un buen final.

Pero, ¿qué tal si dejas que una anciana en la Palabra aconseje tus sentimientos? Puede que las sugerencias que te dé no sean en absoluto parecidas a los artículos de Cosmopolitan. Puede ser que te pida que en vez de perfumarte, ponerte tu mejor ropa de conquista y esos tacones mortales, te pongas de rodillas para orar, o puede ser que te pida que desistas de esos sentimientos. ¿Estarías dispuesta a decir lo que dijo Rut?

“Haré todo lo que me has dicho” – Rut 3:5

Rut estuvo dispuesta a aceptar las condiciones de Noemí, porque sabía que Dios la estaba dirigiendo, confió en sus sabios consejos. ¿Qué clase de gente dirige las ediciones de blogs y revistas femeninas? ¿Qué valores gobiernan la vida moral de tus amigas? ¿Podrás confiar en ellas? 

Puede que no te gusten los consejos de la mujer de cabello blanco que apenas puede caminar, pero si le atiendes, esos consejos serán la voz de Dios hablando a tu corazón.

Por Angélica Jiménez

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