¿Es necesario hacer un plan de vida? ¿Qué hacemos cuando Dios cambia nuestros planes?

“El corazón del hombre se propone un camino, pero Jehová endereza sus pasos”, Proverbios 16:9

Llevando al contexto cristiano la famosa frase de la obra Hamlet de Shakespeare: “Ser o no ser; esa es la pregunta”, podríamos utilizarla para reflexionar sobre si el cristiano debe planificar o no. Entonces tendríamos: “Planificar o no planificar; esa es la pregunta”.

Muchas personas están en contra de la planificación y la definen como “poco espiritual”, sin embargo, de forma inconsciente, planean a diario las actividades rutinarias que deben realizar.

Otras definen su “plan de vida” pensando que mientras más claro se encuentre, mayores las probabilidades de éxito.

Ciertamente la planificación no asegura futuro ni éxito, pues hoy en día es muy sabido que mucha gente no vive bajo “su Plan A”. Más temprano que tarde habrá que enfrentar un cambio de planes, aun en contra de nuestra voluntad.

La Biblia enseña que el pecado viene de planificar sin Dios o ser rebeldes a Sus cambios de planes. Estos “Tiempos de Plan B” nos ocasionan frustraciones y desánimo. Erramos “cuando nos propusimos el camino”, por lo que es necesario que “Jehová enderece nuestros pasos”.

En “Tiempos de Plan B” recordemos que la voluntad de Dios es “buena, agradable y perfecta” (Romanos 12:2).

Oración: Señor, gracias por los ajustes que orquestas en mi vida. Ayúdame a hacer tu voluntad. En el nombre de Jesús, amén.