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"No seas una niñita enclenque"

Description

No es posible crecer en la fe alimentándose sólo de lo que otros dicen de Jesús o lo que publican de Él en las redes sociales.

Mi contextura siempre fue delgada. Durante mi infancia mi madre se preocupó porque yo  subiera de peso y tener un poco más que solo huesos visibles. Cuando no podía abrir el tarro de mermelada, ella me animaba a hacerlo y a pesar de mi delgadez me decía: “No seas una niñita enclenque”. Pensé que esa palabra era una invención de mi mamá, pero en cuanto fui descubriendo el mundo, me di cuenta de que ella no era la única que la utilizaba.  

A este adjetivo se le atribuye el significado de algo que carece de fortaleza, robustez, y se asocia con palabras como débil, enfermizo, frágil, delicado o endeble.

En ocasiones, las chicas solemos mostrarnos enclenques (a veces a conveniencia nuestra): “Ay, no sé qué tengo”; “Ay, no puedo levantarme de la cama”. Nos mostramos débiles para justificar con múltiples excusas el deseo de solamente tirarse en el sillón y no hacer nada. ¿Cierto que si?

Lo sorprendente es encontrar a Pablo hablando a Timoteo de niñitas enclenques.

“Porque de estos son los que se meten en las casas y llevan cautivas a las mujercillas cargadas de pecados, arrastradas por diversas concupiscencias” – 2 Timoteo 3:6

¿Qué estaba pasando? Pablo alerta a Timoteo sobre la importancia de evitar a aquellos que estaban dentro de la iglesia con una aparente piedad, más sin embargo en su interior eran personas amadoras de sí mismas, aborrecedores de lo bueno, traidores, calumniadores, etc. Estas personas entraban a las casas y arrastraban mujercillas débiles en la fe, que aunque querían cimentarse en Cristo, no podían llegar al conocimiento de la verdad. ¿Por qué? Porque fácilmente prestaban oído a fábulas muy bien habladas que disfrazaban la verdad del evangelio.

Una persona enclenque es más propensa a enfermarse, cuando eres débil bajas la guardia y te haces presa de males que infectan el espíritu.

He visto muchas chicas ir de iglesia en iglesia, siendo arrastradas por una corriente y luego por otra. He visto muchas chicas caer en errores, quieren seguir a Cristo, comprenden la importancia de la redención, pero no pueden arraigarse plenamente en el evangelio. Aún, he visto chicas por años dentro de la iglesia, pero en la primera oportunidad cayeron en pecado. ¿Por qué? Porque son niñitas endebles en la fe, que alimentan su caminar en el Señor por lo que otros dicen o publican en sus redes acerca de Jesucristo y no por las experiencias que ellas han cultivado para sí mismas.   

No seas endeble. Si te has decidido por Cristo sigue sus pasos de cerca, esto significa:

Interesarte por las escrituras: Haz de la Biblia tu prioridad número uno. Busca planes de lectura bíblica, hay muchas opciones para mantenerte leyendo las escrituras durante los 365 días del año.

Realizar estudios bíblicos: No solamente leas de corrido la Biblia, sumérgete en capítulos enteros, en pasajes específicos, en versículos clave; encuentra riqueza comparando lo que lees con otras porciones de las escrituras.

Buscar ayuda: Si hay pasajes bíblicos que no entiendes, acércate a personas que te puedan orientar. Pide referencias sobre buenos libros y herramientas de estudio bíblico.

Compartir tu experiencia: Anima a otras chicas a escudriñar sus propias biblias y atesorar la invaluable palabra de Dios.

Antes de que recibas tu diploma de la escuela o de la universidad, conviértete en una mujer de la palabra que se involucra ávidamente en conocer el evangelio de salvación. Si has sido capaz de pasar noches en vela resolviendo ecuaciones de geometría analítica, eres mucho más capaz de pasar tiempo escudriñando las verdades eternas, las cuales te serán de mayor provecho para entrar en el reino de Gloria.

Por Angélica Jiménez

 

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