Muchos matrimonios tienen problemas por sus diferencias en cuanto al manejo del dinero, pero Dios tiene la solución.

“Cuando falta el consejo, fracasan los planes; cuando abunda el consejo, prosperan”, Proverbios 15:22

Como inversor, tendrás que hacer frente a la pregunta de cuánto riesgo puedes asumir. Si estás casado, una cuestión igualmente importante es la cantidad de riesgo que tu cónyuge pueda manejar. Es probable que sus opiniones sean diferentes.

Los cónyuges tienen diferentes personalidades lo que causa que vean las cosas de diferentes formas. Sin embargo, las diferencias pueden fortalecer un matrimonio si son aceptadas como provechosas para ambos.

Cuando los maridos y las esposas son capaces de escucharse entre sí y cooperar a la hora de suplir las necesidades del otro, los diferentes puntos de vista de un equipo marido-mujer contribuyen a una vida equilibrada juntos. Aprenden cómo complementarse en lugar de competir.

Si tu estrategia de inversión es un mundo aparte de la de tu cónyuge, mantente dispuesto a llegar a un acuerdo y buscar la paz del Señor. Él confirmará Sus planes y unirá sus corazones.

Sin embargo, si no logran llegar a un acuerdo, busquen ayuda externa competente de un asesor financiero que tenga la experiencia que les falta.

Al seleccionar un asesor, asegúrense de que él o ella sea un cristiano comprometido. Como dice el Salmo 1:1-2: "Dichoso el hombre que no sigue el consejo de los malvados, ni se detiene en la senda de los pecadores ni cultiva la amistad de los blasfemos, sino que en la ley del Señor se deleita, y día y noche medita en ella". 

 

Lectura Bíblica Diaria

Salmo 85, 102, 106, 123, 137