La misión del Salvador
Description
Leer Juan 14:6
Muchos creyentes saben que Jesucristo es el Hijo de Dios, pero debemos entender también Su misión, la manera como la cumplió y lo que eso significa para cada uno de nosotros. Cristo tuvo un doble propósito al venir al mundo como un niño: darnos una imagen tangible de quién es Dios y morir en nuestro lugar para pagar nuestra deuda de pecado.
¡Qué plan tan maravilloso! El Señor omnipotente y omnisciente había existido desde siempre (Juan 1:1, 14; 8:58), pero, por un tiempo, dejó de lado el poder y la grandeza que le pertenecían legítimamente, para convertirse en uno de nosotros. Gracias a que vino a vivir entre los hombres, podemos entender mejor a nuestro Padre celestial (Colosenses 1:15).
Por medio del sacrificio de Cristo somos invitados a una relación eterna con Dios. La Biblia dice que todos los descendientes de Adán son pecadores (Isaías 53:6; Romanos 3:23), y que la paga del pecado es muerte (Romanos 6:23). El castigo tenía que pagarse mediante el derramamiento de sangre (Levíticos 17:11). Pero el Padre no podía aceptar nada que no fuera un sacrificio perfecto (Deuteronomio 17:1).
Por eso, el Señor, que era Dios perfecto y hombre perfecto, y ciento por ciento inocente, sufrió una muerte humillante y dolorosa para saldar la deuda que nosotros no podíamos pagar. Él era el único que podía entregar Su vida para salvarnos y tender un puente entre cada persona y el Padre celestial.
No hay ninguna manera posible de ganar la salvación. Ella es un regalo maravilloso que el Padre ofrece gratuitamente a cada uno de nosotros. La única condición es que recibamos a Jesucristo como nuestro Salvador personal y que le obedezcamos.