La gratificación retrasada
Description
“En casa del sabio abundan las riquezas y el perfume, pero el necio todo lo despilfarra” – Proverbios 21:20
Ser capaz de retrasar la gratificación es una señal de contentamiento. Por ejemplo, si usted ha desgastado su alfombra pero puede esperar para reemplazarla hasta que haya ahorrado el dinero, está retrasando la gratificación.
Otro ejemplo es la prueba de los malvaviscos. Dale un malvavisco a un niño y ofrécele más malvaviscos con la condición de que espere 20 minutos antes de comerse el primero. La mayoría de los niños no pasan la prueba y se comen el primer malvavisco antes de que el tiempo se acabe.
El mundo nos convence de que si deseamos algo, debemos tenerlo ahora. Si compras esta filosofía, no estarás contento hasta que tengas un artículo en particular en tu posesión, incluso si implica comprar con crédito. Sin embargo, tener una relación con Dios debe darte satisfacción independientemente de tus circunstancias.
El apóstol Pablo escribió: "No digo esto porque esté necesitado, pues he aprendido a estar satisfecho en cualquier situación en que me encuentre. Sé lo que es vivir en la pobreza, y lo que es vivir en la abundancia. He aprendido a vivir en todas y cada una de las circunstancias, tanto a quedar saciado como a pasar hambre, a tener de sobra como a sufrir escasez. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece" (Filipenses 4: 11-13 NVI).
Cuando tenga dificultad para retrasar la gratificación, recuerde que todo lo que compra sólo será nuevo por un corto tiempo. Y, en cuestión de semanas, es probable que se encuentre pensando en comprar otra cosa.
Las cosas pierden rápidamente su importancia y su brillo. Es mejor contentarse en conocer a Cristo porque "Jesucristo es el mismo ayer y hoy y por los siglos." (Hebreos 13: 8 NVI).
Lectura Bíblica Diaria:
Salmos 83, 86, 88, 91, 95