Él le está sonriendo

Usted puede percibir muchas cosas en el rostro de las personas, ¿verdad? Sin haber escuchado una sola palabra, por ejemplo puede percibir la irritación, el placer, la duda, la preocupación y el temor. Y también puede sentir la condenación; puede saber cuando alguien está enojado con usted antes de que diga una sola palabra. ¿Qué tan bueno es usted para perdonar a las personas que le han hecho mal? ¿No muy bueno? ¿A veces guarda rencores?

A veces suponemos que así también es como Dios nos mira; que en realidad nunca perdona por completo, que sigue enojado y todavía recuerda nuestros fracasos morales. Si tratamos de imaginar su rostro, nos tememos que esté con el ceño fruncido.

Nuestro Dios desea ardientemente una relación amorosa con todos sus hijos perdidos y separados; por eso dispuso que nuestros errores fueran puestos sobre la cabeza de un sustituto inocente, su propio Hijo. Por eso le dio instrucciones a Moisés para que les dijera palabras de bondad a los creyentes y los bendijera de esta manera: “Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti y tenga de ti misericordia” (Números 6:25).

Imagine el rostro de Dios en este momento. Visualícelo sonriéndole a usted. Él lo ama, usted lo sabe.

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