Hay esperanza

“En el mundo tendréis aflicción, pero confiad yo he vencido al mundo”, Juan 16:33

En su biografía “Dios en mis sombras”, Ravi Zacharias comparte cómo Dios arrojó luz sobre una de las etapas más oscuras de su vida, al visitar su casa paterna muchos años después de su partida. Las memorias del dolor que experimentó en aquella época se revivieron, pero entendió: “Sin embargo que las tinieblas no eran tan oscuras como a mí me parecieron en su momento, porque la luz de Dios estaba siempre allí”.

Esa experiencia recoge aquellas palabras que Jesús le dijo a Pedro en Juan 13:7 “Lo que yo hago, tú no lo comprendes ahora: más lo entenderás después”. Si nos colocamos debajo de una gran nube oscura tendremos menos probabilidades de descubrir que por encima o detrás de ella, salen refulgentes rayos de sol, una vista que solo apreciaremos en la medida en que nos alejamos de la misma. Jesús prometió que “en este mundo tendríamos aflicción”. Su promesa no queda ahí, sino que él nos exhorta a confiar en Su victoria sobre este mundo caído.

En el devenir de la vida, con sus días de canto y días de lágrimas, no podemos perder de vista la esperanza que como pueblo de Dios tenemos en la persona de Jesús, quien ha vencido todo lo que tendremos que atravesar, incluyendo la muerte. En Cristo sí se hace realidad.

Oración: Padre, que pueda ver que por encima de las negras nubes de hoy, brillan los rayos de luz de tu presencia. En el nombre de Jesús, amén.

Por Isabel Andrickson

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