“Él perdona todos mis pecados y sana todas mis enfermedades. Me redime de la muerte y me corona de amor y tiernas misericordias”, Salmos 103:3-4 (NTV).
Vas a tropezar en la vida. ¡Es un hecho! Pero la clave no está en tratar de vivir una vida perfecta. La clave está en enfrentar y dejar ir tus fracasos rápidamente. No los tapes, no culpes a los demás y no te excuses. Confiésalo.
Esta es la situación: es fácil confesar y abandonar un pecado de hace cinco años. Es mucho más difícil confesar y abandonar los que acabamos de hacer. Si estás en una discusión, no quieres confesar tu pecado en ese momento. ¡Eso hace que tu ego interfiera! Pero la clave para el crecimiento espiritual es confesar tu pecado al instante. ¡Déjalo ir! No dejes que los pecados se amontonen en tu vida. Saca la basura a diario.
¿Cómo se hace esto? Una de las formas es el auto-examen. La Biblia dice en 1 Corintios 11:31, "Si nos examináramos a nosotros mismos, no se nos juzgaría", (NVI). Dios dice que puedes juzgarte a ti mismo o que Él te juzgue. ¿Qué prefieres? Parte de tu proceso de crecimiento es que cuando te das cuenta de tu pecado, de inmediato dices: "Dios, me tropecé de nuevo. No quiero decir estas cosas a mis hijos, pero lo hice. No quiero mirar ese canal, pero lo hice. Yo no quiero perder el control, pero lo hice ", y así sucesivamente. Lo acabas de admitir a Dios y luego lo dejas ir.
No te castigues; no te derribes a ti mismo. Tú dices: "Gracias Dios. No soy como solía ser. Sí, caí, pero voy a pararme de nuevo. Y voy a tratar de hacerlo mejor y de ser mejor. Me voy a enfocar en el futuro y no en el pasado".
¿Qué hace Dios cuando llegas a Él con tus recaídas? ¿Acaso dice: "¡Oh, vamos! ¿El mismo pecado otra vez? ¿Podrías venir con algún otro nuevo? Has venido a mí con ese pecado 9.900 veces. Yo ya te he perdonado 9.900 veces"?
No. Él no dice eso en absoluto. Dios es amor. Él no se cansa de perdonar. Él está esperando por ti.
Salmo 103: 3-4 dice: "Él perdona todos mis pecados y sana todas mis enfermedades. Me redime de la muerte y me corona de amor y tiernas misericordias". Dios no te critica con juicio y desprecio. Él te bendice con amor y misericordia. Dios te da lo que necesitas, no lo que te mereces.
Si has estado tropezando en un área, necesitas llegar a Dios de inmediato y decir: "Una vez más, Señor. Necesito tu perdón". Ese no es el final; hay maneras de superarlo. Pero este es el punto de partida.
Reflexiona sobre esto
- ¿En qué área has estado especialmente luchando con el pecado? Tómate el tiempo ahora mismo para confesar tu pecado y pedirle a Dios que te ayude a superar tu tentación.
- ¿Cuáles son tus metas para el crecimiento espiritual? Después de la confesión, ¿qué pasos puedes dar para seguir creciendo en el hombre o la mujer que Dios quiere que seas?
Para más recursos en español de Esperanza Diaria, haz clic aquí.
Este devocional ©2016 por Rick Warren. Todos los derechos reservados. Usado con permiso.