¡En Navidad, da prioridad a la alabanza!

Hoy quiero compartir contigo este canto navideño que nos exhorta a levantar nuestras alabanzas a Dios. Desde el nacimiento de Jesús, los ángeles nos han dado un ejemplo sublime y majestuoso de cómo adorar a Dios:

“Ángeles cantando están
tan dulcísima canción;

Las montañas su eco dan

como fiel contestación.

¡Gloria a Dios en lo alto!

¡Gloria a Dios en lo alto!

Los pastores sin cesar

sus loores dan a Dios;

Cuán glorioso es el cantar

de su melodiosa voz.

¡Oh! Venid pronto a Belén

para contemplar con fe
A Jesús, autor del bien,

al recién nacido Rey”.

Hay un poder muy grande que se libera cuando alabamos y elevamos el Nombre de Jesús, guiados por el Espíritu Santo. En este periodo de Navidad, ¡da prioridad a la alabanza! A cada instante, puedes retomar fuerzas en la Presencia de Dios por medio de la alabanza. Cuando cantas alabanzas a Dios, te acuerdas de cuán fiel es Él, y hasta qué punto todo cambió cuando Él entró en tu vida.

Los ángeles cantan las alabanzas del Señor. Es nuestro privilegio alabar a Dios como ellos hacen: “Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres!” (Lucas 2:13-14).

Pero tenemos un privilegio más grande aún que el de los ángeles: ¡Somos hijos de Dios! Dios ama nuestra presencia de una manera muy especial. ¡Él se goza en nuestras alabanza de un modo individual, porque somos preciosos a Sus ojos y Él ama estar en relación con cada uno de nosotros!

Querido(a) amigo(a), en estos días cargados de comilonas, regalos y otros festejos, me gustaría animarte a empezar y terminar cada día con un momento de alabanza, adoración y contemplación a este Dios maravilloso.

Es una invitación….¡y es tu privilegio el poder hacerlo!

¡Gracias por existir!
Eric Célérier

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