“Una cosa quiero tener presente y poner en ella mi esperanza: El amor del Señor no tiene fin, ni se han agotado sus bondades. Cada mañana se renuevan; ¡qué grande es su fidelidad! Y me digo: ¡El Señor lo es todo para mí; por eso en él confío!”, Lamentaciones 3:21-24 (DHH).
Sentir dolor es una parte natural de la vida. No puedes escapar. Los fracasos en nuestras relaciones personales, las oportunidades perdidas y las duras temporadas de la vida siempre estarán con nosotros. Cuando estas situaciones se presentan en nuestra vida, tenemos la opción de amargarnos o tener esperanza.
¡La opción es tuya!
Jeremías tuvo que enfrentarse con las mismas opciones cuando su mundo se derrumbó después de que Jerusalén fue atacada en 586 A.C. El profeta escribió el libro de Lamentaciones para expresar todas sus frustraciones con Dios. Pero él nunca se estancó en su amargura y se quedó ahí.
En lamentaciones 3:21-24 él expresa sus sentimientos: “Una cosa quiero tener presente y poner en ella mi esperanza: El amor del Señor no tiene fin, ni se han agotado sus bondades. Cada mañana se renuevan; ¡qué grande es su fidelidad! Y me digo: ¡El Señor lo es todo para mí; por eso en él confío!”
En medio de una terrible situación, Jeremías cambió su perspectiva. Es bueno y saludable para nosotros que seamos honestos con Dios con respecto a nuestros sentimientos de dolor, pero a la misma vez nuestra perspectiva debe cambiar eventualmente. Si permitimos que nuestros pensamientos se queden estancados en el dolor, no vamos a resolver nada.
En cambio, como lo hizo Jeremías, necesitamos reconocer el gran amor que Dios nos tiene. Jeremías cambió su perspectiva y reconoció la gracia infinita de Dios. No importa cuál problema sea, no importa cuánta ira hayas lanzado a Dios, Él todavía te ama. Su amor es constante y puedes depender de ello, ¡no importa lo que sea!
Entre más te enfoques en lo negativo, más deprimido vas a estar. La amargura te mantiene preso en tu propio dolor. En Lamentaciones 3, Jeremías te da la cura para la amargura. Cambia tu manera de pensar.
En medio de una racha depresiva, Jeremías dijo “Todavía, la esperanza vuelve…”
¿Cómo puedes tener esperanza incluso en los días más difíciles? Recordando, “¡El Señor lo es todo para mí; por eso en él confío!”
Tú puedes contar con Él. Su misericordia es tan nueva como cada mañana y tan segura como la puesta del sol. Él es todo lo que necesitas y a pesar de las circunstancias “por eso en Él confío”.
Nunca vas a saber que Dios es todo lo que necesitas, hasta que Él sea todo lo que tienes.
¿Ya estás ahí? No hay mejor lugar donde estar.
Reflexiona sobre esto:
- ¿Qué hace que la esperanza sea una opción cuando estemos pasando por momentos difíciles?
- ¿Qué prácticas puedes desarrollar como parte de tu vida durante momentos difíciles que te ayuden a mantener la esperanza como defensa?
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Este devocional ©2016 por Rick Warren. Todos los derechos reservados. Usado con permiso.