Primero debemos hablar con Dios sobre los hombres antes de que les hablemos a los hombres de Dios.

En el devocional anterior, compartí con usted que la prioridad de Dios es que las personas le conozcan. Hoy, quiero darle la primera de las cinco “Ps” del evangelismo, la cual espero que le anime al intentar compartir su fe.

La Escritura es 1 Timoteo 2:1–6:

"Así que recomiendo, ante todo, que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos, especialmente por los gobernantes y por todas las autoridades, para que tengamos paz y tranquilidad, y llevemos una vida piadosa y digna. Esto es bueno y agradable a Dios nuestro Salvador, pues él quiere que todos sean salvos y lleguen a conocer la verdad. Porque hay un solo Dios y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre, quien dio su vida como rescate por todos. Este testimonio Dios lo ha dado a su debido tiempo."

Quiero que se fije en particular en el versículo 4: “Pues él quiere que todos sean salvos y lleguen a conocer la verdad” (1 Timoteo 2:4). Él quiere que sean salvados y discipulados.

Como dijo Jesús: “Vaya por todo el mundo, predicando el evangelio a cada criatura, y hagan discípulos de todas las naciones”. Esos son nuestros dos trabajos principales. Proclamar el evangelio para ver a las personas salvas y, después, hacerlas discípulos. Dios desea que todos los hombres sean salvos y que vengan al pleno conocimiento de la verdad.

Pero, ¿se dio cuenta de que el versículo 1 precedió al versículo 4? El versículo 1 dice: “Así que recomiendo, ante todo, que se hagan plegarias, oraciones, súplicas y acciones de gracias por todos” (1 Timoteo 2:2). El versículo 4 no podrá ni puede ocurrir hasta que ocurra el versículo 1. Primero está el requisito de las peticiones, y después compartir el plan de salvación.

Primero, debemos hablar con Dios sobre los hombres antes de que les hablemos a los hombres de Dios. No podemos tener éxito salvo que primero hablemos con Dios a cerca de los hombres.