El único camino

Jesucristo vino para salvar. San Pablo dice en 1 Timoteo 1: “Palabra fiel y digna, de ser recibida por todos, que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores de los cuales yo soy el primero”.

En Tito 3 dice: “Pero cuando se manifestó la bondad de Dios nuestro Salvador, y su amor para con todos los hombres, nos salvó, no por obras de justicia que nosotros hubiéramos hecho, sino por su misericordia, por el lavamiento de la regeneración y por la renovación en el Espíritu Santo, el cual derramó en nosotros abundantemente por Jesucristo nuestro Salvador, para que justificados por su gracia, viniésemos a ser herederos conforme a la esperanza de la vida eterna”.

Es una palabra fiel y digna de ser recibida por todos, que Cristo vino al mundo a salvar a los pecadores. 

Cristo es el único camino a Dios. En 1Timoteo 2 dice: “Hay un sólo Dios, y un sólo mediador entre Dios y los hombres, el hombre Jesucristo”. En Juan 14, Jesús dice: “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto”. Conocer a Cristo es conocer a Dios, porque Jesucristo es Dios encarnado; cuando Él nació de la bendita virgen María, fue Dios quien invadió al mundo. 

Un supuesto teólogo decía que la muerte de Cristo en la cruz le era repugnante; argumentaba que el hecho de que Dios castigue a un hombre inocente para salvar a las personas condenadas parece una injusticia. Pero se equivocó, aquel que murió en la cruz, siendo inocente, cargando con la multitud de pecados cometidos por todos nosotros, era Dios mismo.

Cristo resucitó de la muerte y así resolvió Dios el problema del pecado. En Romanos 4 dice: “Cristo fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación”; 2 Corintios dice: “Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación”. 

Comprenda que sin Cristo moriremos en nuestros pecados. Aunque el problema del pecado está resuelto por Dios, está resuelto para aquellos que creen en Cristo, arrepentidos. Jesús dice en Juan 8: “Por eso dije que moriréis en vuestros pecados, porque si no creéis que yo soy, en vuestros pecados moriréis”. 

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