La quinta y última razón de porqué su vida puede encontrarse en el hoyo es el orgullo. Siempre necesitamos revisar si hay orgullo en nuestros corazones.
En Isaías 14:13–15 leemos:
"Decías en tu corazón: 'Subiré hasta los cielos. ¡Levantaré mi trono por encima de las estrellas de Dios! Gobernaré desde el extremo norte, en el monte de los dioses. Subiré a la cresta de las más altas nubes, seré semejante al Altísimo”. ¡Pero has sido arrojado al sepulcro, a lo más profundo de la fosa!"
Este pasaje muestra la reprensión de Dios a Satanás cuando éste fue echado del cielo. Satanás se estaba hinchando de orgullo cada vez que pronunciaba esas palabras.
No obstante, Dios le dijo: “Eso es lo que tú crees. Te voy a echar a la fosa profunda”. Y por el orgullo en su corazón, Satanás será echado a la fosa para toda la eternidad (Apocalipsis 20).
El orgullo es algo muy peligroso. De hecho, tan peligroso que en 1 de Timoteo 3:6 se nos dice que no debemos poner a un recién convertido en un cargo de liderazgo en la iglesia para que no se vuelva presuntuoso y caiga en la misma condenación en que cayó el diablo.
El orgullo va antes de la destrucción, y un espíritu altanero antes de la caída.
El orgullo es algo extraño. Es como el mal aliento. ¡Todo el mundo lo huele excepto el que lo tiene! Pero el orgullo no solamente le llevará al hoyo, sino que le destruirá.
Quiero desafiarle hoy. Si su vida está en el hoyo, revise si es porque hay orgullo. Si lo hay, humíllese. De lo contrario, jamás saldrá.
