El dolor tiene límites

Una de nuestras fantasías más recurrentes es pensar que hay personas que lo tienen todo, que no tienen problemas, que parece que sólo van de paseo por la vida. Es frecuente ver sus rostros y escuchar sobre sus vidas en el horario estelar de la televisión. Tal vez a usted le gustaría tener una vida como la de ellos.

Tal vez usted también ha tenido el deseo secreto de ser un superhéroe cristiano como Abraham, David o San Pablo. En realidad, los héroes de la Biblia sufrieron tanto o más que usted.

Una de las grandes fuentes de inspiración que le ayudó a San Pablo a vencer, fue la promesa que le hizo Dios de ponerle límites a la cantidad de dolor que tendría que soportar. Pablo se alegró al saber que Dios no iba a permitir que fuera probado más allá de lo que pudiera soportar.

Dios ha establecido límites para cada uno de sus hijos, de modo que sus problemas puedan ir sólo hasta cierto punto y no más allá. Pablo les escribió hace mucho tiempo a unos cristianos que estaban atribulados, y hoy le dice también a usted: “Aunque llenos de problemas, no estamos sin salida; tenemos preocupaciones, pero no nos desesperamos. Nos persiguen, pero no estamos abandonados; nos derriban, pero no nos destruyen” (2 Corintios 4:8,9).

Oiga— ¡Anímese!

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