En Salmos 35:27 se nos dice:
"Canten de júbilo y regocíjense los que favorecen mi vindicación; y digan continuamente: Engrandecido sea el Señor, que se deleita en la paz de su siervo." (LBLA)
Este Salmo dice claramente—Dios se deleita cuando usted es bendecido.
En Lucas 12:32, al hablar de cómo Dios satisface nuestras necesidades prácticas, físicas y materiales, Jesús dice: “No temáis, manada pequeña, porque a vuestro Padre le ha placido daros el Reino” (RVR1995).
No tiene que convencer a Dios de ninguna manera para que supla sus necesidades. De hecho, Dios se complace en bendecirle.
Cuentan la historia de un hijo que se quejaba porque su padre no había provisto para él cuando había fallecido. A uno de sus hermanos le dejó una propiedad, a otro le dejó acciones y lo único que este último hijo recibió fue una caja que aparentemente no tenía valor alguno.
Un día, debido a un apuro financiero, el hijo tuvo que mudarse de su apartamento. Y mientras limpiaba y sacaba sus cosas, se encontró con la caja que su padre le había regalado la cual había guardado en su armario. Abrió la caja y se dio cuenta de que contenía algunas estampillas postales y algunas tarjetas de béisbol, así que decidió ver si tenían algún valor.
Resultó que la colección de tarjetas de béisbol contenía varias tarjetas raras y las estampillas eran también objetos muy valiosos. ¡El valor combinado de las dos colecciones rondaba los $450.000 dólares!
Su padre había provisto para él, pero el hijo había vivido muy por debajo de esos privilegios porque no creyó que su padre lo había bendecido.
Nuestro Padre Celestial se deleita y se complace en bendecir a sus siervos, ¡a usted!