"¿Qué más voy a decir? Me faltaría tiempo para hablar de Gedeón, Barac, Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas, los cuales por la fe conquistaron reinos, hicieron justicia y alcanzaron lo prometido; cerraron bocas de leones, apagaron la furia de las llamas y escaparon del filo de la espada; sacaron fuerzas de flaqueza; se mostraron valientes en la guerra y pusieron en fuga a ejércitos extranjeros." – Hebreos 11: 32 – 34 NVI
Después de escuchar el devocional, medita en los siguientes puntos:
Esta mañana me levanté pensando...
… en que cuando comenzamos a probar de Dios y sus obras hay una reacción inmediata en nuestra vida física; el gusto por lo que él nos ha dado inmediatamente se activa.
1. La prosperidad física es el resultado de la prosperidad espiritual. Quiere decir que el gusto va más allá de la emoción y nos permite permanecer, resistir y persistir.
2. Pensemos por un instante: ¿cómo está nuestro gusto por la familia, el estudio o el trabajo?, ¿cómo está el gusto por el servicio a Dios?
3. Los sentidos espirituales deben estar despiertos, ser ejercitados y utilizados en la vida cotidiana. El orden es: de lo espiritual a lo físico, por fe; y no de los físico a lo espiritual.
4. Nuestras fuerzas, ánimo y prosperidad en general vienen de adentro hacia afuera
5. Intencionalmente debemos trabajar en el desarrollo del sentido del gusto. Con el paso del tiempo tendemos a perder el gusto por aquello que antes disfrutábamos; poco a poco perdemos el interés por las personas, actividades y todo lo que Dios nos ha dado.