“Dichoso el que halla sabiduría, el que adquiere inteligencia. Porque ella es de más provecho que la plata y rinde más ganancias que el oro” – Proverbios 3:13-14 (NVI)
¿Qué le gustaría a los padres ver a sus hijos lograr? Si le preguntaras a miles de personas, probablemente obtendrías una amplia gama de respuestas que van desde patinador de hielo profesional hasta presidente de la compañía.
Si inviertes la pregunta y le preguntas a los padres qué no les gustaría que sus hijos hicieran, muchos de ellos probablemente anotarían una lista de sus propios errores financieros. Lo más probable es que muchos de esos errores involucrarían el crédito.
Si quieres construir una buena base financiera para tus hijos, es importante empezar cuando son jóvenes. Una de las lecciones más importantes que podemos aprender es el ahorro. Si los niños nunca aprenden a ser pacientes y a ahorrar, el crédito puede llegar a ser una forma de vida para ellos en años posteriores.
Enséñales a tus hijos a ahorrar parte del dinero que reciben de mesada o el trabajo remunerado que hacen por la casa. Luego, permíteles invertir una cantidad determinada de sus ahorros durante un viaje de compras.
Antes de ir de compras con tus hijos, toma decisiones de compra con antelación. Diles que pueden comprar una golosina, si eso está dentro del presupuesto, y establece un límite de precio. Pero también haz hincapié en que no vas a comprar cualquier otro artículo.
Si quieren algo que cuesta más, enséñales a ser pacientes, a ahorrar y a comprar ese elemento en un viaje de compras más tarde. A medida que los niños crezcan, anímales a establecer metas de ahorro más grandes.
Al enseñarles a tus hijos a planear para el futuro y a ahorrar lo suficiente para cumplir sus planes, van a aprender que los caminos de Dios son mejores y la deuda no es necesaria.
Lectura Bíblica Diaria
Levítico 1:1 - 5:13
