¿Alienígena en un pesebre?

Normalmente da escalofríos la idea de que existen seres extraterrestres, no humanos (también conocidos como “alienígenas”), que toman forma humana y andan mezclados en medio de nosotros, ¿no le parece? Me refiero a que Hollywood ha producido varias películas y programas de televisión muy famosos y muy aterradores sobre alienígenas que han tomado forma de seres humanos.

Y, sin embargo, este mismo concepto corresponde a la manera que Dios dispuso para rescatarnos a usted y a mí de nuestra peor pesadilla: el temor a la muerte, a la destrucción y a la condenación. Aparte de esto, el plan de Dios no incluyó la venida de un alienígena que pudiera causar temor. Jesús no vino a la tierra como un falso humano, ni como un androide. Él no es un alienígena haciéndose pasar por un ser humano; Jesús se hizo humano para ser como nosotros, por nosotros, con nosotros.

Maravíllese conmigo en el significado y el milagro de la encarnación de Jesús: “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo” (Hebreos 2:14). Jesús vino a este mundo no sólo para ser como nosotros; vino para ser uno de nosotros, plenamente, en todos los sentidos. De esta maravillosa manera vino en persona a traer un rescate, algo que solo él podía hacer. Jesús vino para obedecer las leyes de Dios y del hombre, como hombre; se hizo hombre para morir por la raza humana.

Si usted cree esto, va a tener una muy feliz Navidad.

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