Delicias a su diestra…

“…Me mostrarás la senda de la vida, en Tu Presencia hay plenitud de gozo, delicias a Tu Diestra para siempre…”, Salmo 16:11

En una tarde calurosa no hay nada más deleitoso que una bebida fría para refrescarnos y saciar nuestra sed; o por el contrario, en una noche fría, nada nos deleita más que una suculenta bebida caliente.

En este versículo del Salmo 16, el salmista nos dice que las delicias que encontramos en el Señor las disfrutaremos para siempre; en este caso, no importará si hace frío o calor, si hay luz u oscuridad, tenemos garantizado el deleite cuando venimos a Su Diestra.

Estar “a Tu Diestra” en esta frase implica que se trata de una persona de confianza a quien se le ha reservado el más alto honor por su fidelidad; por lo tanto, para disfrutar las delicias que Su Diestra nos ofrece, es preciso que estemos “en Cristo”, es decir, que hayamos nacido de nuevo (Juan 3), que seamos nuevas criaturas (2 Corintios 5:17).

El Señor también nos invita en el Salmo 37, por medio del Rey David, a desechar una serie de actitudes o actuaciones tales como enojarnos al ver la maldad, envidiar a los malos, alterarnos o hacer el mal. En el verso 4, se nos dice “deléitate en el Señor”. Podemos notar entonces que el objeto de nuestro deleite es Dios mismo y no las circunstancias, las posesiones, ni ninguna otra persona.

Oración: Señor, gracias porque puedo deleitarme en tu presencia para siempre. Que mi satisfacción y deleite sobre esta tierra seas tú y tu Palabra. En el nombre de Jesús, amén.

 

Por Isabel Andrickson

Loading controls...