Años de bendición

“Tú coronas el año con tus bienes, y tus nubes destilan grosura”, Salmos 65:11

Hoy es una fecha propicia para pasar balance a todas las bendiciones que hemos recibido durante todo el año anterior y que provienen de la mano de Dios. Dice Santiago 1:17 que: “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces”. Con tal razón queremos resaltar dos pensamientos ineludibles que se hallan inmersos en el texto de hoy:

Primero, es Dios quien corona el año con bienes espirituales y bienes materiales. Nunca pienses que lo que hoy somos, o lo que hemos conseguido en esta vida se debe a nuestro propio esfuerzo. Eso se debe a la bondad de Dios. Dice Deuteronomio 8:17-18 que: “Nunca digas en tu corazón: Mi poder y la fuerza de mi mano me han traído estas riquezas; sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas”.

¡Hermoso! ¿Verdad? Hoy es un buen día para externar gratitud a Dios, e imitar a aquel leproso que fue sanado y devolviéndose, postrado, dio gracias a Jesús por el beneficio inmerecido de su sanidad. Ojalá que no seamos contadas en el grupo restante de los nueve leprosos que, indiferentes, siguieron su camino no obstante haber sido receptores también del gran favor divino (Lucas 17:11-17). ¡Qué Dios nos libre de semejante actitud!

Lo Segundo que nos ofrece el texto es que las bendiciones de Dios continuarán inagotables para este nuevo año que empieza. “Sus nubes destilan grosura”, el brazo de Dios no se ha cortado aún para bendecirnos y salvarnos; está extendido hacia nosotras con su puño abierto para compartir a favor nuestro todos sus infinitos recursos.

El texto habla de grosuras; no es un chorrito que Dios tiene para nosotras;  no es un jarrito de bendiciones, ¡No! Él tiene un torrente de bendiciones, manjares finos, banquetes delicados, filetes espirituales para sus hijas. Si el año anterior fue bueno en términos de bendiciones, podemos reposar seguras que este será mucho mejor. Dios nunca está en crisis, y como dijo una humilde ancianita en una ocasión: “Dios provee para sus hijas en todo tiempo”.

Hermanas, podemos despedir el año anterior y recibir el nuevo con las palabras magistrales e insuperables del profeta en Habacuc 3:17-19: “Aunque la higuera no florezca, ni en las vides haya frutos, aunque falte el producto del olivo, y los labrados no den mantenimiento, y las ovejas sean quitadas de la majada, y no haya vacas en los corrales, con todo, yo me alegraré en Jehová, y me gozaré en el Dios de mi salvación. Jehová el Señor es mi fortaleza, el cual hace mis pies como de ciervas, y en mis alturas me hace andar.” ¡Ebenezer! (Hasta aquí nos ha ayudado Dios).

Oración: Padre, por todo tu amor te doy gracias, por todo aquello que harás. Por tantas promesas, por ser mi Señor, tu amor me ha traído hasta aquí, y hoy te doy gracias. Estamos MUY agradecidas. En el nombre del Señor Jesús, amén.


Por Carmen García de Corniel

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