Tú eres un trofeo de la gracia de Dios

“Y sabemos que Dios hace que todas las cosas cooperen para el bien de los que lo aman”, Romanos 8:28 (NTV). 

Cuando lees la Biblia, probablemente las partes más aburridas son las listas de genealogía. ¿Alguna vez las has leído? Son una gran cura para el insomnio. 

Pero en realidad hay una razón por la cual existen esas aburridas listas y es que una de las pruebas de que Jesús era el Mesías era que Él vendría a través del linaje del rey David. 

Lo interesante de la genealogía de Jesús es que es la única en la Biblia que tiene mujeres que figuran en ella. Las mujeres en las antiguas genealogías casi nunca se mencionan, sin embargo, cuatro mujeres se mencionan en la genealogía de Jesús. Y cuando se mira a estas mujeres, cada una de ellas tenía una historia muy dolorosa que contar. 

Tamar era un desastre. Ella fue seducida por un familiar. Tenía dos maridos y ambos eran unos completos idiotas. Su historia es bastante explícita y llena de escándalo. Ella tenía una terrible reputación. 

Rahab era en realidad una prostituta. Pero también hizo lo correcto al ayudar a algunos hombres piadosos. 

Ruth ni siquiera era judía. Ella era una moabita que violó la ley al casarse con un hombre judío, porque a los judíos se les prohibió casarse con no-judíos. 

Betsabé, quien era casada, tuvo un romance con el rey David y él planeó el asesinato del esposo para encubrir esa relación. La historia de Betsabé no es exactamente la ideal. 

Sin embargo, Dios escogió a esas cuatro mujeres para estar en la línea genealógica del Salvador del mundo. Son la prueba de que Dios teje incluso nuestros errores, nuestras decepciones, nuestras heridas y nuestro pecado en Sus planes. 

Quiero que pienses en este momento en el error más grande en tu vida. Piensa en la mayor decepción en tu vida. Piensa en los pecados que más te han avergonzado. Piensa en el mayor dolor en tu vida. 

Ahora, comprende esto: Incluso antes de que tú nacieras, Dios sabía que esas cosas iban a suceder en tu vida y Él desarrolló un plan para sacar algo bueno de ellos. 

¡Qué Dios! Esa es la clase de Dios que adoramos. Como seguidores de Jesucristo, no negamos nuestros errores. No los ocultamos en el armario. No pretendemos que nunca nos equivocamos. No pretendemos que otras personas no nos hicieron daño. Estamos abiertos acerca de nuestros sentimientos, de nuestras faltas, nuestros fracasos, nuestras frustraciones y nuestros miedos. Somos trofeos de la gracia. 

Reflexiona sobre esto: 

- ¿Cómo el entender y creer en la promesa de Romanos 8:28 te ayuda a que seas realista y optimista al mismo tiempo?

- ¿Cuáles son algunas maneras en las que has visto a Dios usar tus miedos, errores y fracasos para bien en tu vida o en la vida de otra persona?

- ¿Cuáles son otros ejemplos de personas de la Biblia que fueron utilizados por Dios a pesar de sus fracasos o situaciones aparentemente sin esperanza?

 

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Este devocional ©2016 por Rick Warren. Todos los derechos reservados. Usado con permiso.

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