“Almacena tus tesoros en el cielo”, Mateo 6:20a (NTV).
¿Sabías que, sin importar lo que hagas para ganarte la vida, puedes usar tu trabajo para traer Gloria a Dios? Puedes usar tu negocio o tu lugar de trabajo para extender el Reino de Dios.
¿Cómo lo haces? Una de las maneras es utilizar tus contactos para difundir el Evangelio.
Cierta vez recibí una llamada de un hombre alemán que es el presidente de una importante empresa internacional de ropa deportiva. Me dijo que acababa de leer el libro “Una vida con propósito” y que le había cambiado la vida. Me dijo, “Leí este libro y ahora soy cristiano. Solo necesito saber una cosa: ¿debo renunciar a mi puesto en mi compañía y convertirme en pastor?”
Le dije: “De ninguna manera. Déjame mostrarte cómo utilizar tu trabajo para el Reino, cómo ser un edificador del Reino y no solo un edificador de riqueza”.
“¿Tienes un equipo ejecutivo?” Contestó que sí, que eran seis personas y que dos de ellas también eran cristianos. Le dije: “Comienza a reunirte con esos dos y oren por los otros tres. Tu primer ministerio es ganar a los otros tres colegas para Cristo”.
“Ahora, ¿cuántos empleados tienes en tu empresa?” Me respondió que alrededor de 25.000. Le respondí, “Eso se llama una mega iglesia. Tienes 25.000 miembros en tu congregación. Comienza a orar por ellos. Debes estar disponible para ellos. Establece buenos principios cristianos en tu empresa”.
“¿Quieres influenciar otros presidentes y ejecutivos de otras empresas? Entonces necesitas permanecer en tu puesto, porque tendrás mucha más influencia sobre ellos como presidente que como pastor o misionero”.
“¿Deseas influenciar la cultura? La próxima vez que apoyes a una estrella, trae a ese atleta, siéntalo, dile que no solo eres su patrocinador, sino también su amigo. Entrégale tu tarjeta personal y dile que te llame cuando se encuentre en problemas o tenga una necesidad”.
En la economía global de hoy, los nuevos misioneros son los hombres y mujeres de negocios. Hay muchos países que no dejarán entrar pastores o misioneros, pero que recibirán con gusto tu negocio.
Cuando utilizas tu negocio para la única cosa que va a perdurar sobre todas las demás -el Reino de Dios- te conviertes en un edificador del Reino y no solo un edificador de riquezas.
No hay nada malo en utilizar tu negocio para construir riquezas. Pero Jesús dijo en Mateo 6:20, “Almacena tus tesoros en el cielo”. La única manera que puedes invertir en el cielo es invertir en personas que van a ir al cielo. Cuando tu trabajo dirige a las personas a Dios, estás almacenando tesoros en el cielo para usarlo por la eternidad. Estás extendiendo el Reino de Dios.
Reflexiona sobre esto:
- Toma unos momentos para orar por las personas en tu trabajo. Pídele a Dios que te permita ver oportunidades para ministrar a tus colegas y hablarles acerca de Jesús.
- ¿Cómo cambia tu actitud hacia tu trabajo cuando consideras que Dios te puso allí para que compartas el Evangelio con tus colegas o empleados?
- ¿Cuál es una manera en la que puedes utilizar las ganancias que recibes de tu trabajo para extender el Reino de Dios?
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Este devocional ©2016 por Rick Warren. Todos los derechos reservados. Usado con permiso.