“Yo, por mi parte, he de quedar satisfecho cuando me declares inocente. ¡Despertar y verme en tu presencia será mi mayor alegría!” (Salmos 17:15 TLA).
La vida no se trata solo de posesiones. Hay que tener una buena perspectiva al respecto o terminarás poseído por tus posesiones. Tienes que darte cuenta de que nada de lo material va a durar en la eternidad.
Jesús dijo en Lucas 12:15 “¡Tengan cuidado! —Advirtió a la gente—. Absténganse de toda avaricia; la vida de una persona no depende de la abundancia de sus bienes” (NVI).
Nunca bases tu autoestima en tu valor neto. Nunca pienses que tu valor está relacionado con tus posesiones. Es importante que te des cuenta de que las mejores cosas de la vida no son objetos. Llegaste a este mundo sin nada y te irás de este mundo sin nada. La vida no se trata de adquirir cosas o acumular logros. La vida se trata de la relación con Dios y los demás, y el aprender a amarlos.
La mejor manera de recordar que tu vida no se trata de cosas materiales, es construir tu vida sobre prioridades eternas. Enfócate en lo que va a durar para siempre. Cada posesión material es temporal, no construyas tu vida basada en la adquisición de bienes. Sólo dos cosas van a durar para siempre: la Palabra de Dios y la gente.
Tienes dos opciones: El mundo te está diciendo que tienes que conseguir más para ser más feliz, más exitoso, más importante, más valioso y más seguro de ti mismo. Tienes que decidir si vas a escuchar eso o al Maestro. ¿Vas a escuchar lo que te dice la cultura de hoy o lo que te dice Cristo? ¿Vas a escuchar al mundo o a la Palabra?
Antes de que puedas avanzar hacia la libertad financiera, tienes que preguntarte: "¿Cuál es el propósito principal de mi vida? ¿Obtener más y más? ¿En qué pienso todo el tiempo, de qué hablo, a qué le invierto más tiempo? ¿Para qué estoy viviendo mi vida?"
Hubo una famosa millonaria en el condado de Orange, California, que se quitó la vida hace muchos años. En el funeral alguien dijo: "Yo no lo entiendo. Ella tenía mucho por qué vivir”. Yo pensé: “No. Ella tenía mucho de qué vivir. Pero no tenía nada por qué vivir".
Es posible que tengas mucho de qué vivir, pero ¿tienes algo por qué vivir? ¿Tienes una relación con Dios? El mito del mundo es que se puede tener todo lo que se quiere. La verdad es que no se puede tener todo. Aún más importante, es que no es necesario tenerlo todo para ser feliz. Eres tan feliz como decides serlo.
El secreto de la felicidad no es encontrar tu seguridad y tu satisfacción en tus posesiones, sino en lo que te posee. Todo lo encuentras en Cristo.
Salmo 17:15 dice: “Yo, por mi parte, he de quedar satisfecho cuando me declares inocente. ¡Despertar y verme en tu presencia será mi mayor alegría!” (Salmos 17:15 TLA).
Reflexiona sobre esto:
- ¿Cuáles son las cosas tangibles o intangibles que has ido adquiriendo en lugar de fortalecer tu caminar con Dios?
- ¿Cómo se han sacrificado tus relaciones en la búsqueda del éxito o reconocimiento? ¿Qué es lo que tienes que hacer hoy para comenzar a reparar esas relaciones?
- ¿Estás bien con no "tenerlo todo"? ¿Por qué sí o por qué no?
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Este devocional ©2016 por Rick Warren. Todos los derechos reservados. Usado con permiso.