Rendición

“Así como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos” – Mateo 20:28

La disposición de Cristo de sacrificar todo en nombre de otros puede parecer mucho más allá de nuestro alcance. Queremos ser más como él, pero para ello hay que cruzar el obstáculo de rendirle todo a Dios.

Es en este punto que Satanás nos advierte acerca de todas las cosas que podríamos perder. Pero, de todos modos, todo lo que tenemos le pertenece a Dios. Lo importante es que aprendamos la obediencia.

Cuando estudiamos la vida de los personajes más grandes de la Biblia, nos encontramos con que ellos no exigían, ni dirigían. Ellos fueron seguidores, tal y como lo fueron Sadrac, Mesac, y Abed-nego quienes se negaron a inclinarse ante la imagen de oro de un rey pagano (Lea la historia en Daniel 3).

Ellos entendieron el poder de Dios, conocían su derecho de petición a Dios, aceptaron a Dios como autoridad final y se entregaron a Él.

Haríamos bien en seguir el ejemplo de Sadrac, Mesac y Abed-nego.

 

Lectura Bíblica Diaria:

Salmo 75, 93-94, 97-100

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