“Dichoso el que teme al Señor, el que halla gran deleite en sus mandamientos”, Salmos 112:1
Cuando se trata de los principios financieros, uno de los libros más ricos en la Biblia es el de Proverbios. Este libro contiene dos promesas importantes que son muy útiles en nuestros esfuerzos para manejar nuestro dinero de una manera que le agrade al Señor.
Promesa 1: La sabiduría y la disciplina se pueden adquirir.
Todos cometemos errores, pero la sabiduría que se encuentra en Proverbios nos puede ayudar a cambiar y llegar a ser prudentes y disciplinados en nuestro comportamiento. Esto es crítico, porque cuando estamos indisciplinados tropezamos por la vida, pagamos multas por nuestro comportamiento y terminamos en problemas serios.
Entre los síntomas de una falta de disciplina está el creerle a la publicidad. Creer que necesita lo que ve, escucha y lee. Pero no se da cuenta que la publicidad está diseñada para crear necesidades en su mente.
Usted lucha para vivir dentro de sus medios y queda atrapado en un ciclo de deuda. Deja de cumplir con su propósito de vida y no alcanza su potencial. Quiere lograr las cosas de la manera fácil.
Promesa 2: El temor del Señor es el principio del conocimiento.
Proverbios asocia el temor de Dios con el fin de la necedad. Una vida de sabiduría y disciplina comienza con el temor a Dios (es decir, dándole a Dios el respeto y la posición que Él merece en nuestras vidas). La mayoría de la gente cree que empieza con el mejoramiento de sí mismos, pero debemos vernos como inferiores a Dios para poder adquirir lo que Él tiene para nosotros. Debemos reconocer que lo necesitamos y que Él tiene un mejor camino y un plan mejor.
La verdadera sabiduría comienza al tener un asombro hacia Dios. No se puede tener sabiduría sin humildad. Donde busque la sabiduría demuestra dónde está su corazón y si usted no está girando hacia Dios, está caminando hacia los problemas.
Si se ha convertido en autosuficiente, confiese esa actitud y arrepiéntase ante Dios. Él le enseñará Sus caminos y al seguirlos será bendecido al conocerle mejor.
Lectura Bíblica Diaria
Jeremías 10-13
