“Ester fue llevada al palacio real ante el rey… El rey se enamoró de Ester más que de todas las demás mujeres… Así que él le ciñó la corona real y la proclamó reina”, Ester 2:16-17 (NBD)
Si hemos de ser cristianos realizados, tenemos que comprometernos a hacer lo que Dios nos ha dicho que hagamos - sin importar el resultado.
Uno de mis libros favoritos de la Biblia es Ester. Ester era un ejemplo gráfico de la obediencia, la timidez y la humildad.
El tío de Ester, Mardoqueo, oyó que el rey (el marido de Ester) había concedido una solicitud de un decreto en el que todos los Judíos de la tierra podían ser asesinados y sus bienes ser confiscados. Cuando Mardoqueo oyó esto, ayunó y oró; luego le escribió a Ester y le pidió que fuera al rey e intercediera a favor de su pueblo.
Ester respondió diciendo que no podía entrar a menos que el rey la convocase, o de lo contrario podría ser castigada con muerte.
Mardoqueo le escribió de nuevo a Ester diciéndole que no podía hacer más nada (debido a que Ester también era una judía, aunque su marido, el rey, no lo sabía). Advirtió que si Ester no iba e intercedía por su pueblo, Dios elegiría a otra persona.
Ester estuvo de acuerdo y dijo, "ayunen por mí… me presentaré ante el rey, por más que vaya en contra de la ley. ¡Y si perezco, que perezca!" (Ester 4:16 NBD).
Ester se aseguró de que su marido, el rey, salvara a su gente, pero el punto está en que ella estaba dispuesta a enfrentarse a un destino incierto por ser obediente. Con demasiada frecuencia en nuestra generación elegimos el camino más seguro y perdemos la bendición.
¿Qué harías tú si tu vida corriera peligro por ser obediente?
Lectura Bíblica Diaria
Apocalipsis 4-9