“Jesús hizo también muchas otras cosas, tantas que, si se escribiera cada una de ellas, pienso que los libros escritos no cabrían en el mundo entero.” – Juan 21: 25 NVI
“Ahora todo mi ser está angustiado, ¿y acaso voy a decir: “Padre, sálvame de esta hora difícil”? ¡Si precisamente para afrontarla he venido! 28 ¡Padre, glorifica tu nombre! Se oyó entonces, desde el cielo, una voz que decía: «Ya lo he glorificado, y volveré a glorificarlo.” – Juan 12: 27 – 28 NVI
Después de escuchar el devocional, medita en los siguientes puntos:
Esta mañana me levanté pensando...
…en lo que significa ser un sedentario. Buscando un poco descubrí que se denomina sedentario al individuo o animal que permanece siempre en el mismo lugar.
1. El término sedentario se vincula con el sedentarismo físico que consiste en la disminución o falta de la actividad física. Es un adjetivo que apunta a todos aquellos seres vivos de pocos movimientos.
2. ¿Qué tal si pensamos en el sedentarismo espiritual? Podríamos decir que la falta de oración, no leer la palabra, ayuno, inasistencia a la iglesia y no vigilar nos pueden convertir en creyentes de pocos movimientos, que no damos para salir del mismo lugar o estado en el que nos encontramos.
3. El sedentarismo espiritual se quebranta cuando fijamos nuestra atención en Jesús. Él no fue un hombre escaso en sus movimientos, más bien fueron tantas sus acciones que Juan se atrevió a decir que no alcanzarían los libros para escribir todo lo que hizo durante su ministerio terrenal.
4. Jesús siempre se mantuvo viendo al cielo a su padre. Podemos ver como cada mañana salía a lugares solitarios para orar. Aunque fue un personaje que estuvo con multitudes, con familias, amigos, Jesús jamás perdió su norte porque tenía el enfoque correcto.
5. Debemos enfocarnos en lo que Dios nos está mostrando, no precisamente porque parezca fácil de hacer o de alcanzar, sino porque mientras mantenemos toda nuestra atención en él, Jesús nos muestra su voluntad y la manera de hacerlo.
