Recuperando lo perdido

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“Así que David recuperó todo lo que los amalecitas habían tomado y rescató a sus dos esposas. No faltaba nada: fuera grande o pequeño, hijo o hija, ni ninguna otra cosa que se habían llevado. David regresó con todo. También recuperó los rebaños y las manadas, y sus hombres los arrearon delante de los demás animales. «¡Este botín le pertenece a David!», dijeron.” – 1 Samuel 30: 18 – 20 NVI


Después de escuchar el devocional, medita en los siguientes puntos:

 

Esta mañana me levanté pensando...

… en todo aquello que me gustaría recuperar.

1. ¿Qué tal si hacemos una lista de aquellas cosas que perdimos por una u otra razón y comenzamos a orar por aquellas que queremos recuperar?

2. Cuando comenzamos a orar debemos esperar que Dios hable a nuestro corazón mostrándonos aquellas cosas, que en su voluntad, recuperaremos; a lo que diga que no, será porque nos dará algo mejor. Para Dios no hay nada imposible.

3. El Señor no solo nos permitirá recuperar lo perdido, sino que también nos recompensará por el daño que sufrimos.

4. En 2 Reyes 8: 1 – 6 encontramos la historia de la mujer sunamita que recuperó su terreno. Si lo leemos nos daremos cuenta de cómo Dios obra en justicia.  Esta mujer tuvo que irse de su tierra por el hambre que se presentó, pero después de 7 años regresó y pudo recuperar lo que había perdido.

5. Así como David regresó a casa con su botín y con su familia a salvo, nosotros también recuperaremos aquello que habíamos perdido, Dios lo pondrá de nuevo en nuestras manos.

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