"Por esto, mis amados hermanos, todo hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse" – Santiago 1:19 RVR1960
"A ti no te complacen sacrificios ni ofrendas, pero has abierto mis oídos para oírte; tú no has pedido holocaustos ni sacrificios por el pecado." – Salmos 40:6 NVI
Después de escuchar el devocional, medita en los siguientes puntos:
Esta mañana me levanté pensando...
…en que hemos hablado de varios de los sentidos – vista, gusto y olfato – y ahora hablaremos del sentido del oído espiritual.
1. El oír comienza con una disposición intencional de nuestra parte. Oímos lo que queremos y le prestamos atención a los que nos interesa.
2. Nuestro nivel de atención va a determinar nuestro alcance en el oído. Pronto para oír, tiene que ver con siempre estar dispuesto a escuchar, dando el tiempo indicado y el querer escuchar.
3. Es necesario que nuestros oídos estén abiertos para no tratar de interpretar lo que Dios dijo que iba a hacer, sino escucharlo claramente cuando nos habla.
4. Muchas veces estamos en algún lugar dedicados a escuchar, pero de repente terminamos concentrados escuchando algo diferente. Nuestros ojos están en el expositor, pero nuestros oídos y atención están en otra parte.
5. Los irlandeses dicen que nos dieron dos oídos y una boca para escuchar el doble de lo que hablamos.