“No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes y los comisioné para que vayan y den fruto, un fruto que perdure. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre”. – Juan 15:16 NVI
Después de escuchar el devocional, medita en los siguientes puntos:
Esta mañana me levanté pensando...
... en esta pregunta: ¿Qué es mejor en la vida, escoger o ser escogido?
1. Entender que nosotros no elegimos a Dios, sino que él nos eligió a nosotros nos da identidad, seguridad y confianza en que podemos seguir adelante y permanecer en él. Fuimos elegidos sin merecerlo, sin pedirlo.
2. ¿Cómo es que alguien te ama sin ser amado? ¿cómo es que alguien te elige sin ser elegido, aún siendo rechazado? 1 Juan 4:19 NVI, “Nosotros le amamos porque él nos amó primero”. Esta verdad debe enamorarte, porque su amor para elegirte no estuvo condicionado a ti, sino a la vid verdadera, es decir a su hijo Jesús.
3. Además de creer en nosotros, el Padre nos dio una tarea junto a las condiciones para lograrla. Fuimos comisionados directamente por el creador del cielo y de la tierra.
4. La comisión que hemos recibido tiene que ver con dar un fruto permanente. Él nos comisionó para ser productivos.
5. Todo esto termina inexplicablemente: “así mi Padre les dará todo lo que pidan en mi nombre”.