Leer Proverbios 16:5
En lo que se refiere a nuestra capacidad de escuchar la voz de Dios, pocas cosas tienen más importancia que nuestra actitud. Si venimos a Él con rebeldía u orgullo no podremos escucharle, pues estaremos totalmente desenfocados del Señor. No podemos esperar verle si estamos mirando en la dirección equivocada. Por tanto, necesitamos reexaminar la manera en que nos acercamos a Dios. Específicamente, tenemos que estar conscientes de tres aspectos cruciales:
Primero, debemos venir sumisamente a nuestro Padre celestial, inclinándonos con humildad delante de Él y dándole las gracias por su accesibilidad. Como dice el versículo de hoy, el orgullo es algo que Dios aborrece absolutamente. Él no tolerará que vengamos a su presencia con arrogancia en nuestros corazones.
Segundo, debemos tener confianza en Dios, sabiendo que Él nos guiará en la dirección correcta y nunca nos dirigirá por el camino equivocado. Recordar su fidelidad en el pasado puede hacer crecer nuestra confianza.
Tercero, debemos estar agradecidos y expresarlo con palabras, demostrando que reconocemos y apreciamos las innumerables bendiciones que ha derramado sobre nosotros. Debemos demostrar, como se dice, una “actitud de gratitud”.
Si venimos al trono de Dios con sumisión, confianza y gratitud, escucharemos a nuestro Padre. Pero si estas características no están presentes en nuestra vida, es posible que no lleguemos a conocer su mensaje. Piense en su actitud en cuanto a estos tres aspectos y pídale al Señor que reoriente su corazón y su mente hacia su perfecta voluntad.