“Fuerza y honor son su vestidura; Y se ríe de lo por venir.”– Proverbios 31:25
Nuestra ropa es la defensa que nos protege de los elementos naturales. Si tienes ropa apropiada para el invierno, para la lluvia, la playa o el sol, puedes disfrutar de cada estación. Sin embargo, si no tienes la ropa adecuada, un día de frío o de calor pueden convertirse en una tortura.
Del mismo modo, el vestido espiritual de esta mujer, su protección del alma y de carácter son su fuerza y su honor. Puede sonreír ante los “inviernos” de la vida o cuando debe enfrentar cambios inesperados porque está “vestida” también interiormente para eso.
“Desde el amanecer hasta la puesta de sol de su vida, la mujer virtuosa estaba preparada, bien vestida y completamente equipada para enfrentar cada desafío que la vida le presentaba.” – Elizabeth George, Woman of virtue
“…no os entristezcáis, porque el gozo de Jehová es vuestra fuerza.”– Nehemías 8:10
Esta mujer virtuosa encaraba cualquier circunstancia con buena cara porque tenía su fuerza puesta en Dios. Era la confianza en el Señor la que le permitía llenarse de esas cualidades y soportar lo que la vida trajera a sus días.
En la Antigüedad, las mujeres se adornaban con joyas y maquillajes. Más aún ahora en nuestro siglo XXI, en el que somos bombardeadas una y otra vez con lo que llaman el ideal de la belleza. En el que se nos venden cremas, maquillajes, tintes y todo tipo de cosas para parecer más jóvenes, más bellas, más modernas.
Sin embargo, buscar vernos bellas y arregladas en nuestro exterior, no debe estar reñido ni, mucho menos, sustituir nuestra búsqueda de belleza interior (1 Pedro 3:3-4), esa que se adorna con cualidades como la fortaleza en el Señor y la dignidad y el honor de una mujer de fe.
Una mujer virtuosa es una mujer que refleja a Dios en su vida a la hora de tomar decisiones día a día. Una mujer virtuosa es una mujer que toma con seriedad su llamado espiritual y se prepara a ella misma y a su casa para las pruebas y las tentaciones que la vida va trayendo.
“Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, En cuyo corazón están tus caminos.”– Salmo 84:5
Una mujer virtuosa es una mujer que encuentra sus fuerzas en Dios, que lo busca con ansias cada día, que está dispuesta a escuchar y a obedecer, que conoce el carácter de Dios y hace lo que sea necesario para reflejar ese carácter en su propia vida.
Para pensar: Una mujer virtuosa está vestida con un carácter que le da la confianza que necesita para enfrentar cada circunstancia de la vida. No es una mujer fuerte solamente en lo físico, sino también en lo espiritual. Y es, además, una mujer con honor y dignidad.
Si no caminas íntimamente con el Señor, no estarás preparada para la llegada de las pruebas y de los momentos difíciles. Si no tienes una vida de oración activa, si no estudias tu Biblia, si no buscas aplicarla a tu vida diaria, todo se hará más y más difícil.
¿Qué hay en tu “armario espiritual”? ¿Qué ropas espirituales te pones cada día? ¿Estás preparada para los cambios bruscos de la vida? ¿Estás vestida de fuerza en el Señor y de honor o solo de mundanalidades inútiles para batallar en esta vida tan cambiante?
Piensa hoy de qué manera puedes hacer de la fuerza y el honor tu vestido, y de qué pasos puedes seguir para caminar más cerca de Dios y estar mejor preparada día a día.