Gran parte de mi sufrimiento en mi andar con el Señor viene de creer que Dios es como mi padre terrenal. Quiero escribir esta nota desde el respeto, desde el humilde reconocimiento de que somos pecadores y que vivimos en un mundo caído, intentando honrar con la misma intensidad a mi padre como a la verdad.
Mis padres se divorciaron cuando yo tenía aproximadamente dos años y mi papá nunca –que yo recuerde– mostró mucho interés en ser parte de mi vida en ningún sentido.
Toda mi experiencia me hace amar más el diseño de Dios para el matrimonio y para la familia, ya que estoy plenamente consciente de que un hombre nunca podrá ser una madre, ni una mujer un padre, y que la ausencia de uno de los dos altera significativamente el desarrollo de un niño y, en este caso particular, el de una niña.
Al crecer y ser atraída por el Señor, quien me adoptó a través de Su hijo haciéndome suya para SIEMPRE, aprendí que Dios era mi padre. Solo que ¨padre¨ era un término con muy pocas cosas positivas en mi experiencia. Así que he tenido que ir conociendo a mi Padre Celestial como Él es y no como fue el mío... Nunca entenderás a plenitud el amor de Dios si no entiendes quién es Él.
1. Dios no es hombre.Comencemos por lo obvio, Dios no tiene debilidades carnales como nosotros, no es esclavo de sus pasiones ni anda engendrando hijos irresponsablemente.
2. Dios anhelaba ser tu Padre.Ser Su hija implica que desde antes de la fundación del mundo Él te predestinó, te escogió y te llamó por tu nombre.
3. Dios te ama.De hecho te ama con amor eterno y es por eso que sigue prolongando Su misericordia hacia ti (Jeremías 31:3). El Padre, nuestro Padre, nos ama de tal manera que dio a Su Hijo.
4. Dios te conoce.Él te formó en las entrañas de tu madre, antes de que puedas decir una palabra ya Él sabe lo que saldrá de tu boca. Conoce el número exacto de los cabellos en tu cabeza. Es más, sabe mejor que tú qué cosas te gustan, porque Él conoce tu corazón en una profundidad que tú, ni nadie más, nunca podrás conocer.
5. Dios cuida de ti.Sé que esto puede sonar difícil si te ha tocado vivir cosas dolorosas. Si fuiste maltrata física o emocionalmente, o te abusaron sexualmente, podría parecer que–como tu padre terrenal– Dios no cuidó de ti. El asunto es que esa no es la verdad, simplemente porque la Palabra dice que no se dormirá ni adormecerá el que guarda tu alma. Él sabe todo lo que has hecho y lo que han hecho contra ti y está en absoluto control.
6. Dios provee.De hecho, uno de Sus nombres es "El SEÑOR provee". Si tu padre no se encargó de tu sustento, ten por seguro que Dios sí lo hizo, lo sigue haciendo y lo hará incluso después de que cumplas la mayoría de edad. Él provee.
7. Dios nunca te dejará.La Palabra dice que aunque tu padre y tu madre te dejaren con todo el Señor te recogerá (Salmos 27:10). Él te ama lo suficiente para rodearte con Su fidelidad y permanecer en tu vida, y aún después de tu vida terrenal.
8. Dios te da los mejores regalos.Toda niña espera que su papi le regale algo algún día. Pero, seamos honestas, muchos de nuestros papis ni siquiera recuerdan nuestra fecha de nacimiento... No así nuestro Padre celestial, quien nos corona de favores y misericordias, sacia de bien nuestra boca y nos ha obsequiado el mayor y más inmerecido de los regalos, la salvación.
9. Dios no tiene hijos favoritos.He aquí una con la que me ha sido difícil luchar en todas mis relaciones, no solo con Dios. Cuando nuestros padres tienen hijos a los que tratan distinto que a nosotros, podemos llegar a pensar que Dios es así y esto nos lleva a celos, envidias, inseguridades y, peor que eso, a dudar del amor de Dios por nosotras.
¿Sabías que dudar del amor de Dios es decir que Dios es mentiroso? ¡Dios no es hombre para que mienta ni hijo de hombre para que se arrepienta! Por tanto, sea Dios veraz y todo hombre –incluyéndonos– mentiroso. Si como yo luchas con creer esta mentira, renueva tu mente con la Palabra de Dios cada día.
10. No tienes que hacer NADA para ganarte el amor de Dios.La salvación y el amor de Dios son una gracia, esta palabra tiene la misma raíz que "gratis", es decir, algo que se da sin pagar un precio por ello. Dios nos amó primero y Él no necesita que seas perfecta para amarte. Nada de lo que hagas hará que Dios te ame menos y nada hará tampoco que te ame más. Puedes estar tranquila y dormir segura en los brazos de tu Padre celestial.
La lista es mucho más extensa, ¿me ayudarías a completarla? Pensemos juntas en cualidades de nuestro maravilloso Padre eterno y deleitémonos en Él mientras nos preparamos para la eternidad a Su lado…
Por Clara Nathalie Sánchez Díaz