Viva dentro de sus límites
Mi difunto suegro es mi héroe por varias razones. Lo recuerdo de manera especial por el control que ejercía sobre él mismo. Solía suspirar por el deseo de tener un bote. Después de que crecieron sus hijos, la gente le sugería que comprara el bote con el que había estado soñando. “No”, decía él; “¿Por qué no?” “Porque entonces me gustaría tener algo más”. Para él, el bote era el límite donde sabía que tenía que detenerse para poder vivir dentro de sus límites.
Demasiadas personas tienen una fuerte inclinación a pretender que son lo que no son. Se endeudan para mantener la imagen. Pero no se puede engañar a Dios: “Más vale el despreciado que tiene quien lo sirva, que el jactancioso que carece de pan” (Proverbios 12:9).
Practique estas frases conmigo: “No lo puedo pagar”; “Quizás algún día”; “No tengo que impresionarla”; “Eso tendrá que esperar”.
Jesús lo aceptó a usted como es; usted se puede aceptar como es. La gente lo aceptará como es. Mi suegro vivió siempre muy feliz sin tener un bote. ¿Es posible que usted esté haciendo gastos excesivos porque pretende ser más grande de lo que es?